En México, el 42.4% de los profesionales trabaja
entre ocho y diez hroas al día, mientras un 24.6% lo hace más de diez horas,
según lo reveló una encuesta del sitio OCCMundial.
En el marco del Día del Trabajo, la bolsa de
empleo en Internet nos revela que un 67% de los empleados profesionales no
recibe un pago que compense una jornada diaria de más de ocho horas o días
festivos obligatorios.
Por lo cual, en base al sondeo aplicado a mil 600
afiliados a la base del portal, detalla que seis de cada diez profesionistas
estiman que la empresa en la que laboran no se preocupa por conservar un
ambiente seguro contra accidentes, favorecer que los empleados tengan tiempo de
esparcimiento o para hacer ejercicio, así como establecer programas de cuidados
de salud.
En cuanto a las vacaciones, un 43% indicó tener
seis días de asueto al año y 24.8% respondió que entre ocho y diez días cada
doce meses. De esta forma se da a conocer que México es uno de los países de
América Latina, donde los trabajadores tienen menos vacaciones, respecto a
Argentina que cuenta con 14 días de asueto al año, Venezuela con 15 días y
Brasil con 30 días de descanso al año.
El Día internacional de
los Trabajadores, el Primero de Mayo, es la fiesta del Movimiento Obrero
Mundial.
Desde su establecimiento en todos los países por
acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889 es una
jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago que
fueron ajusticiados por su participación en las jornadas de lucha por
consecución de la jornada laboral de ocho horas que culminaron el la huelga del
1º de mayo de 1886 en los Estados Unidos (EE.UU.), hecho que fue el origen de
que dicha celebración se lleve a cabo es esa fecha.
Curiosamente en EE.UU. no se celebra esta
conmemoración. Allí celebran la
Fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre que
se viene celebrando desde 1882
a propuesta del dirigente Peter J. Mac Guire de la Central Labor Union.
Esta celebración ha sido apoyada e impulsada por los patrones y gobierno para
eclipsar sentido real del 1º de mayo.
Los hechos que dieron lugar esta celebración estan
contextualizados en los albores de la revolución industrial en los Estados
Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. Del oeste
y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados,
creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de
trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de
todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
La reivindicación de la jornada laboral de 8 horas
La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los
Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American Federation
of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), de origen anarquista. En su
cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, había resuelto que desde
el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de
ocho horas. En caso de no obtener respuesta a este reclamo, se iría a una
huelga. Recomendaba a todas las uniones sindicales a tratar de hacer promulgar
leyes con ese contenido en todas sus jurisdicciones. Esta resolución despertó
el interés de todas las organizaciones, que veían que la jornada de ocho horas
posibilitaría obtener mayor cantidad de puestos de trabajo (menos
desocupación). Esos dos años acentuaron el sentimiento de solidaridad y
acrecentó la combatibilidad de los trabajadores en general.
En 1886, el presidente de Estados Unidos Andrew
Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo
diarias. Al poco tiempo, 19 estados sancionaron leyes que permitían trabajar
jornadas máximas de 8 y 10 horas (aunque siempre con cláusulas que permitían
hacer trabajar a los obreros entre 14 y 18 horas). Las condiciones de trabajo
eran similares, y las condiciones en que se vivía seguían siendo insoportables.
Como la Ley Ingersoll no se cumplió las organizaciones
laborales y sindicales de EE.UU. se movilizaron. La prensa calificaba el
movimiento en demanda de las ocho horas de trabajo como "indignante e
irrespetuoso", "delirio de lunáticos poco patriotas", y
manifestando que era "lo mismo que pedir que se pague un salario sin
cumplir ninguna hora de trabajo".
La convocatoria de huelga
El día 1 de mayo, la huelga
El 1° de mayo de 1886, 200,000 trabajadores
iniciaron la huelga, mientras que otros 200,000 obtenían esa conquista con la
simple amenaza de paro.
En Chicago donde las condiciones de los
trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país las movilizaciones
siguieron los días 2 y 3 de mayo. La unica fabrica que trabajaba era la fábrica
de maquinaria agrícola McCormik que estaba en huelga desde el 16 de febrero
porque querían descontar a los obreros una cantidad para la construcción de una
iglesia. La producción se mantenia a base de esquiroles. El día 2 la polícia
había disuelto violentamente una manifestación de más de 50,000 personas y el
día 3 se celebraba una concentración en frente sus puertas, cuando estaba en la
tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de salida de un turno de
rompe huelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos)
comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno,
procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias
decenas de heridos
Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para
hacer un acto a las 19:30 en el parque Haymarket. A las 21:30 el alcalde, quien
estuvo presente en el acto para garantizar la seguridad de los obreros, dio por
terminado el acto. Pero el mismo siguió con gran parte de la concurrencia (más
de 20,000 personas). El inspector de la policía John Bonfield consideró que
habiendo terminado el acto no debía permitir que los obreros siguieran en ese
lugar, y junto a 180 policías uniformados avanzó hacia el parque y empezó a
reprimirlos. De repente estalló entre los policías un artefacto explosivo que
mató a un oficial de nombre Degan y produjo heridas en otros. La policía abrió
fuego sobre la multitud, matando e hiriendo a un número desconocido de obreros.
Se declaró el estado de sitio y el toque de queda, y en los días siguientes se
detuvo a centenares de obreros, los cuales fueron golpeados y torturados,
acusados del asesinato del policía. Se realizaron cantidad de allanamientos y
se fabricaron descubrimientos de arsenales de armas, municiones, escondites
secretos y hasta "un molde para fabricar torpedos navales".
El juicio
El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra
31 responsables, siendo luego reducido el número a 8. El juicio fue una farsa
del principio al fin, violándose todas las normas procesales de forma y de
fondo, mientras la prensa la apoyaba publicando sensacionalísticamente que
todos los acusados había que ahorcar a los extranjeros. A pesar de no haberse
probado nada en su contra, los ocho de Chicago fueron declarados culpables,
acusados de ser enemigos de la sociedad y el orden establecido. Tres de ellos
fueron condenados a prisión y cinco a la horca.
Consecución de la jornada laboral de ocho horas
A finales de mayo de 1886 varios sectores
patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de
miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y
Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: "Jamás en la
historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas
industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado
a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando
hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical".
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